¿Tienes clientes que llega con cara de pocos amigos, dispuestos a prenderle fuego a lo primero que se les pase enfrente? Tranquilo, antes de que te den ganas de salir corriendo o recordarle a su 10 de mayo, aquí vienen algunas estrategias para que, aunque el cliente se enoje, tú mantengas el control. Al final del día, “el que se enoja, pierde”. ¡Y aquí no queremos perder nosotros, ni perder nuestra calma!
A veces el cliente entra echando humo. Mantén la serenidad porque si ambos pierden la cabeza, acabarás con un pleito grande y cero soluciones.
Imagina que un cliente llega reclamando que el taladro que compró “no sirve para nada” y lo dice a gritos, enfrente de otros clientes.
Cómo podrías solucionarlo:
No importa si al cliente se le rompió un tornillo de 2 pesos o un taladro de 2 mil: para él es todo un drama. Demuestra que validas sus sentimientos y su frustración.
Por ejemplo, un cliente te cuenta que se siente engañado porque cree que le vendieron una broca que no era la adecuada para su proyecto.
Cómo podrías solucionarlo:
Escuchar no es dejar que el cliente hable mientras piensas tu respuesta. Es poner atención y repetirle su molestia para confirmar que lo captaste claramente.
Supongamos que un cliente comenta que un producto tenía un defecto de fábrica.
Cómo podrías solucionarlo:
Una vez entendido su problema, busca solución. ¿Necesita cambio de producto? ¿Un reembolso? ¿Una explicación de uso? Sé claro.
Por ejemplo, si el cliente dice que la pulidora que compró no le duró ni dos días y está furioso, puedes solucionarlo de la siguiente manera:
Cómo podrías solucionarlo:
Ser empático no significa dejar que te insulten. Si el cliente se pasa de la raya, corta la situación con amabilidad pero firmeza.
Si un cliente empieza a insultar, su tono se vuelve muy agresivo y amenaza con “armar un escándalo en redes”.
Cómo podrías solucionarlo:
Despídete con una imagen positiva de tu ferretería, dejando claro que estás para servirle. Aunque se vaya con algo de enojo, tu actitud amable puede inclinar la balanza para que regrese menos molesto en el futuro. Ajusta tus tuercas de paciencia, atornilla tu mejor sonrisa y aplica estas tácticas como tu herramienta infalible. Aunque el cliente esté molesto, tú puedes convertir un conflicto en una oportunidad de fidelizar.