5 consejos para abrir una ferretería con el pie derecho

¡Ya decidiste aventarte al ruedo y abrir una ferretería! Felicidades, valiente. Pero antes de que mandes a pintar la fachada y pongas el bote de escobas afuera, hay unas cuantas cositas que necesitas saber para que tu negocio no sea un clavo sin martillo. ¡Ahí te van!

1. Una buena planeación es como el cemento: si no la mezclas bien, todo se te cuartea

Antes de abrir la cortina y poner los precios, necesitas hacer tu chamba con todas las de la ley. Nada de aventarse al ruedo sin capote. ¿Cuánto vas a invertir?, ¿Cuánto puedes gastar cada mes sin quedarte mirando el techo?, ¿Cuántas ventas necesitas para que no solo te alcance para el refresco, sino para crecer?, ¿A quién le vas a vender: al vecino, al maestro albañil, a la señora que siempre quiere "el más baratito"?

2. Ubicación, ubicación, ubicación (sí, es así de importante)

Pon tu ferretería donde haya movimiento, donde te vean y te necesiten. Puede ser cerca de una zona de construcción, de colonias grandes o en un lugar donde no haya mucha competencia. Si te escondes en una callecita sin tráfico, vas a batallar más que soldador sin careta.

3. Define tu giro: no se puede vender de todo al principio

¿Vas a enfocarte en plomería? ¿Materiales para construcción? ¿Material eléctrico? ¿Tornillería? ¿Herramientas especializadas? ¿O tal vez un poco de todo pero con orden? Define tu especialidad desde el inicio y arma tu inventario con base en eso. Esto te permite organizar mejor tus compras, tus exhibiciones y hasta cómo promocionas tu negocio. Además, te ahorra dolores de cabeza porque no estarás invirtiendo en productos que nomás se quedan viendo desde el estante. Sé estratégico desde el día uno para que tu ferretería tenga identidad y propósito.

4. El espacio también cuenta (y mucho)

No necesitas un local del tamaño de un estadio, pero sí uno que te permita organizarte bien. Espacio para exhibir, para almacenar y para moverte sin andar tropezando con la carretilla. Entre más claro y ordenado esté, más fácil será para tus clientes comprar (y para ti vender). Además, piensa en el futuro: muchas ferreterías arrancan con poco espacio y a los pocos meses ya no caben entre tanto producto. Considera desde el inicio cómo podrías crecer o expandirte más adelante, porque no hay peor coraje que tener que mudarte justo cuando empieza a irte bien.

5. No le saques al sistema de punto de venta

Olvídate de la libreta, del Excel que si no guardas no registra tus ventas o de apuntar en la servilleta del lonche. Comenzar con un sistema punto de venta como Kladi te ayuda a saber qué tienes, qué se vendió, quién te debe y lo mejor de todo, saber como va creciendo tu negocio. Además, si ya vienen con productos precargados, mejor aún.

Abrir una ferretería es una gran decisión, y si lo haces con estrategia, hasta puede convertirse en el negociazo de tu vida. Tómate el tiempo para planear, aprender y usar herramientas que te faciliten el camino. Y recuerda: más vale una ferre bien pensada, que una bodega llena y ni un cliente en la puerta.

¡Nos leemos en el siguiente blog, compa!